Si acabas de ser padre o madre y tienes un bebé en casa en pleno verano es muy probable que se te planteen dudas sobre cómo cuidar de él lo mejor posible en estos meses de intenso calor. La buena noticia es que siguiendo unos consejos podrás disfrutar del verano con tu bebé y garantizar su bienestar.

¿Qué ropa le tengo que poner a mi bebé?

Los neonatos tienen el mismo frío y el mismo calor que las persones adultas. La diferencia fundamental es que sus mecanismos reguladores de la temperatura corporal son más inmaduros. No son capaces de eliminar calor mediante la producción de sudor; tampoco de generar calor corporal mediante temblores si tienen frío. Por eso, te recomendamos que le pongas una única capa de ropa ligera, preferentemente de algodón, que puede ser de manga corta en las horas centrales del día y larga por la noche en aquellas zonas donde bajan las temperaturas.

¿Puedo gastar el ventilador o el aire acondicionado de la casa?

Sí. No existe ningún problema en disminuir la temperatura de las habitaciones de la casa donde haga más calor utilizando estos aparatos. No obstante, tenemos que evitar los impactos de forma directa, el chorro de aire generado por el ventilador, y saber que la temperatura adecuada para el aire acondicionado es aquella que deja la estancia en unos 25-26 °C aproximadamente.

¿Puedo salir a pasear con mi hijo?

La actividad física moderada es muy recomendable en la recuperación de las madres durante el posparto. Asimismo, las caminatas también resultan beneficiosas para los niños y favorecen el descanso y el establecimiento de rutinas. Lo más importante que tenemos que recordar es que se tienen que evitar las horas centrales del día;  mejor salir a pasear antes de las 10h de la mañana o a partir de las 19h de la tarde.

¿Los neonatos pueden ir a la playa o a la piscina?

Si tenemos en cuenta la recomendación del punto anterior –evitar las horas centrales del día- no existe ningún inconveniente en que los más pequeños también disfruten de algún baño corto en compañía de sus padres siempre que el agua esté templada. Como la piel de los bebés es todavía muy sensible, son preferibles las piscinas de sal o con una cantidad mínima de cloro. En cualquier caso, recuerda lavarlo después del baño con agua dulce.

¿Qué hago para protegerle del sol?

El sol emite dos tipos de radiaciones ultravioletas: las de tipos A (UVA) que penetran en las capas más profundas de la piel y son responsables del envejecimiento prematuro y de un aumento del riesgo de sufrir varios tipos de cáncer y las de tipos B (UVB) que penetran de forma más superficial y provocan quemaduras solares y cáncer de piel.

Hasta los 6 meses, los niños no tienen que ser expuestos de forma directa y mantenida al sol

Hasta los 6 meses, los niños no tienen que ser expuestos de forma directa y mantenida al sol. Lo más conveniente es poner a tu bebé a la sombra y que lleven ropa de manga larga y una gorrita para estar protegidos. También es recomendable utilizar ropa de baño con protección solar certificada (mínimo 40 FPS). Estas piezas se pueden adquirir en tiendas deportivas. En las caminatas con el carrito, intenta poner una capota o parasol que evite la exposición solar directa.

Por encima de esta edad, (más de 6 meses) siempre tienes que utilizar fotoprotección durante los periodos de exposición. Las cremas solares recomendadas para los más pequeños son aquellas que utilizan filtros minerales físicos (actúan reflejando la luz) con un factor de protección solar (FPS) de 50.

Este número informa sobre la protección hacia las radiaciones UVB; indica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa de la piel frente al enrojecimiento cutáneo que se produce previo a una quemadura. Se recomienda que el protector solar proteja también de los UVA; para saberlo tenemos que comprobar que lo ponga en la etiqueta.

Las cremas se tienen que aplicar de forma generosa sobre la piel seca unos 15-30 minutos antes

Las cremas se tienen que aplicar de forma generosa sobre la piel seca unos 15-30 minutos antes de estar al sol y cada 2 horas, puesto que el agua y el sudor disminuye su efecto, aunque figure que son resistentes al agua. También se tienen que volver a aplicar después de un baño prolongado. Hay que utilizar el protector solar incluso durante los días nublados, puesto que las radiaciones UV atraviesan las nubes y se reflejan en la arena, la hierba y la nieve.

¿Puedo utilizar repelentes de insectos?

Desgraciadamente, la mayoría de repelentes de insectos que han demostrado ser eficaces (IR3535 y DEET) no están autorizados en menores de un año. Por debajo de esa edad, pero por encima de los dos meses de vida, la utilización de citronela ha demostrado ser segura, aunque no resulte tan efectiva. Recordar que hay que aplicarla de forma repetida y frecuente para que mantenga su capacidad de protección. Por todo esto, la mejor forma de evitar las picaduras es gastar manga larga durante la noche o utilizar algún tipo de mosquitera homologada para cubrir la cuna.

Los bebés también sufren sed

Durante los meses de verano el cuerpo del bebé necesita un mayor aporte de líquidos para funcionar de forma adecuada. Si son menores de 6 meses, estas necesidades están cubiertas por las tomas de leche (en forma de lactancia materna o fórmulas adaptadas), por lo que no es necesario ofrecerle agua.

En el caso de los niños que toman pecho, sí que es posible que se detecte un aumento en la demanda de las tomas, de forma que el bebé busca saciar su sed con tomas cortas pero más frecuentes.

A partir de los 6 meses se recomienda ofrecer agua a los niños, sobre todo durante las comidas. No obstante, es relativamente habitual que algunos no quieran; esto ocurre porque el peso que ocupa la lactancia en la alimentación hasta los 12 meses es todavía muy importante y puede cubrir sus necesidades. No sufras, porque en el momento que tu hijo tenga sed, beberá el agua que le estás ofreciendo.

¿A qué edad puedo viajar con mi hijo?

En los viajes largos en coche lo más importante es programar paradas cada 2-3 horas para que el niño descanse del sistema de retención, pueda comer y le cambiamos los pañales.

Los niños pueden viajar en avión por muy pequeños que sean, incluso los neonatos, siempre que no sufran de ninguna enfermedad respiratoria o cardíaca. En este caso se tendría que pedir consejo a su médico especialista. Los bebés no suelen tener problemas de oído por la diferencia de presiones durante el vuelo pero, si al ganar altura se echa a llorar, puedes ponerlo en el pecho o darle el biberón, puesto que al succionar y deglutir se abren las trompas de Eustaquio y se reequilibran las presiones del oído.

Esperamos que estos consejos te hayan sido útiles; ya sabes que si los sigues los planes de verano con tu bebé no tienen por qué estar limitados.

Irene RuizPediatra del Hospital Universitario de La Ribera