Once pacientes se han beneficiado del equipo de PET-TC del Hospital Universitario de la Ribera, desde su puesta en funcionamiento, el 1 de junio.

“Esta semana ya serán 35 los pacientes que podrán utilizar el nuevo equipo y esperamos que, una vez superadas las restricciones marcadas por la pandemia, podamos realizar cerca de 1.000 exploraciones al año con esta nueva tecnología”, ha destacado la jefa del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital de Alzira, la Dra. Ana Tembl.

El PET-TC del centro alcireño entra en funcionamiento una vez autorizado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y realizadas las preceptivas pruebas de calibración del nuevo equipo.

Ésta es la primera vez desde su apertura, en 1999, que el Hospital de la Ribera cuenta con un equipamiento de estas características. Para ello, tras su paso a la gestión pública directa, la Conselleria de Sanidad ha realizado una inversión de 1,8 millones de euros, de los que 1,4 millones se han destinado a la adquisición del equipo y 400.000 euros al acondicionamiento del espacio donde se encuentra ubicado, una zona de 160 metros cuadrados, blindada de plomo con el objetivo de evitar cualquier tipo de riesgo tanto para el paciente como para el personal sanitario.

Según ha afirmado la gerente del Departamento de Salud de la Ribera, la Dra. Liliana Fuster, “la puesta en funcionamiento del nuevo PET-TC del Hospital de Alzira supone un importante salto cualitativo tanto para los pacientes como para la cartera de servicios del centro alcireño, ya que no será necesario recurrir a la unidad móvil que se trasladaba hasta Alzira para la realización de este tipo de pruebas”.

Diagnóstico preciso

Cabe destacar, en este sentido, que el PET-TC es una de las pruebas con mayor capacidad para la detección de tumores. Se trata de un híbrido entre dos técnicas de imagen: el TAC (Tomografía Axial Computerizada) y el PET (Tomografía por Emisión de Positrones).

De esta forma, la conjunción de ambas técnicas permite obtener un diagnóstico preciso gracias a su concreción milimétrica a la hora de identificar lesiones en fases tempranas, valorar su extensión y predecir la respuesta a los tratamientos.

Según la Dra. Tembl, “el PET-TC nos proporciona imágenes de alta resolución con el añadido de que las exploraciones corporales y cerebrales se realizan en apenas 10 minutos”.

Asimismo, para la Dra. Tembl, “la precisión resulta determinante para valorar la eficacia de determinados tratamientos, sobre todo oncológicos, por lo que el nuevo equipo es una herramienta muy valiosa para optar por un tratamiento u otro que ofrezca mejores perspectivas de curación”.

Otro de los beneficios del nuevo PET-TC es que, al disponer de un exhaustivo sistema de reconstrucción de imágenes, se evita la posible realización de otras pruebas o procedimientos complementarios más agresivos, lo que, a su vez, supone una menor irradiación para el paciente.

Del mismo modo, gracias a la precisión de sus imágenes, este tipo de prueba permite estudiar determinadas enfermedades neuropsiquiátricas, ya que ayuda en la detección precoz de cambios metabólicos en el cerebro, en el estudio de tumores cerebrales, patologías del sistema nervioso central o en la valoración del deterioro cognitivo (enfermedad de Parkinson o Alzheimer).