Todo sobre los niños y el Covid

Durante las últimas semanas se ha registrado en España un aumento del número de casos de Covid y los expertos ya hablan del Covid-22 y de la séptima ola del coronavirus causada por las variantes BA.4 y BA.5. Estas nuevas variantes de ómicron contagian más y escapan mejor de la inmunidad generada tras la vacunación o las infecciones previas.

En este contexto, desde el servicio de pediatría del Hospital Universitario de La Ribera creemos que es un momento oportuno para refrescarte algunos conceptos sobre los niños/as y el Covid.

¿Cómo se trasmite?

El virus, en los niños/as y adultos, puede propagarse a través de pequeñas partículas líquidas expulsadas por una persona infectada por la boca o la nariz al toser, estornudar, hablar, cantar o respirar. Las partículas tienen diferentes tamaños, desde las más grandes, llamadas «gotículas respiratorias», hasta las más pequeñas, o «aerosoles».

También es posible que tu hijo/a pueda infectarse al tocar superficies contaminadas por el virus y posteriormente tocarse los ojos, la nariz o la boca si no se ha lavado las manos.

Falsos mitos sobre la transmisión

El virus no se transmite a través del agua. Tampoco si nada en la piscina.
Es raro que el virus se propague por la suela de los zapatos. No obstante, si en tu hogar habitan niños pequeños que gateen o jueguen en el suelo, puedes dejar los zapatos a la entrada de casa.
Las moscas no transmiten la covid. Tampoco las picaduras de mosquitos.
Los niños no actúan como súper diseminadores. No contagian más que un adulto.

Medidas higiénicas “6M”

Los niños y el Covid

Te recordamos las 6 medidas de protección (regla de las 6M) recomendadas por el Ministerio de Sanidad.

Mascarilla a partir de los 6 años. Es importante que cubra nariz, boca y barbilla. Auque ya no es obligatoria, recientemente, la Ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha reclamado su «uso responsable», sobre todo, en la población vulnerable, cuando no se pueda guardar un metro y medio de distancia de seguridad y en los lugares en los que no exista una buena ventilación.
Metros. Intentar al menos guardar la distancia interpersonal de un metro y medio
Recuerda que debe lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón.
Menos contactos. Intentar reducir sus contactos y crear una burbuja estable.
Más ventilación. Mejor si el niño/a realiza las actividades al aire libre y con las ventanas abiertas.
Me quedo en casa. Si el menor presenta síntomas COVID o es positivo en una prueba diagnóstica, recuerda que debe quedarse en casa

¿Cómo reconozco los síntomas de la COVID-22? ¿Qué hago?

En cuanto a los síntomas de las nuevas variantes de Covid-22, estos son similares a los de olas anteriores de la pandemia, aunque con algunas variaciones. Según un informe elaborado por las autoridades sanitarias españolas, los síntomas que provocan BA.4 y BA.5 duran unos siete días, tres días más que los cuatro que duraban con la versión original de ómicron. Los más frecuentes son:

Fatiga o astenia (sensación mal definida de cansancio), que afecta a un 75% de los casos
Tos (58%)
Fiebre (58%)
Dolor de cabeza (52%)
Secreción nasal (52%)
Dolor de garganta (46%)

En menor medida, aunque con una mayor frecuencia que versiones previas, también puede aparecer dolor muscular, dificultad para respirar o vértigos, aunque estos síntomas son poco habituales en los niños. Hasta el momento, tal y como recoge el documento del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), «no se han observado diferencias en la gravedad de los casos» y estas subvariantes de ómicron siguen siendo poco virulentas”.

Será el pediatra quien recomiende a las familias qué protocolo seguir y si deben acudir o no al servicio de urgencias.

Si reconocieses estos síntomas en tu hijo/a, es importante que llames a tu centro de salud para que el pediatra de referencia se ponga en contacto contigo y valore su estado de salud. Será el pediatra quien recomiende a las familias qué protocolo seguir y si deben acudir o no al servicio de urgencias.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad por COVID?

Los métodos comúnmente empleados son las pruebas que implican la recogida de un exudado nasofaríngeo, “el palito por la nariz”.

Por una parte, está el test de antígenos. Esta es la prueba “rápida” o de autodiagnóstico, que te permite saber el resultado en 15 minutos. Se debe realizar durante los 7 primeros días desde la infección, cuando la carga viral está en su punto más álgido.

¿Cómo sé si mi test de antígenos es positivo? Porque se marcarán dos rayas, tanto la C de control, como la T de test. Si únicamente se marca la C, quiere decir que la prueba es negativa. Si solo se marca la T, es una prueba no válida.

El obtener una prueba negativa no asegura no tener la enfermedad. Por lo que, si persisten los síntomas, conviene repetirla.

Por otra parte está la PCR. Sirve para detectar la presencia del virus, es decir, una infección activa. La muestra se procesa en el laboratorio y puede tardar varias horas. Es más lenta, pero más fiable. El método de extracción es similar al anterior, pero me asegura con mayor grado de certeza que el negativo sea verdadero negativo.

También, han aparecido test con métodos de recogida de muestras diferentes como es el de saliva. En saliva la carga viral es menor, por lo que en caso de baja carga viral (bajo número de virus en la muestra) la sensibilidad del test es menor.

¿Cuando me debo acercar al servicio de urgencias?

Siempre y cuando tu hijo/a se queje de dolor abdominal constante o se producen vómitos persistentes o diarrea abundante durante más de 24 horas.
Cuando presenten problemas para respirar: se le marcan las costillas, respire rápido o escuchemos un “pitido” en su respiración. La valoración de la respiración debe hacerse cuando el niño está tranquilo y sin fiebre, después de haber eliminado los mocos de las vías superiores, tras sonarse o realizar un lavado nasal con suero fisiológico.
Cuando aparezcan de manera brusca manchas rojas en la piel, color vino, que no aclaren al estirar la piel (tipo petequias)
Cuando la fiebre es muy elevada (> 40 ºC) o se prolonga durante más de 48-72 horas, o es resistente a antitérmicos.

¿Por qué vacunar a mi hijo/a si coge el COVID igual?

Las vacunas contra la COVID se usan para preparar el sistema inmunológico de los más pequeños protegiéndolos contra esta enfermedad al enseñar a su cuerpo a defenderse y ayudándoles no solo a evitar el contagio, sino también a prevenir la propagación de la enfermedad.

Aunque el grueso de la población pediátrica tenga un riesgo menor de enfermar por COVID, no están exentos por completo. Por ello, si no lo ha hecho ya, son muchas las razones para que su hijo o adolescente reciba una vacuna contra la COVID:

Protegerá a sus hermanos menores y amigos que aún no pueden vacunarse.
Protegerá a otras personas en la familia que estén en riesgo de presentar enfermedad grave por COVID.
Protegerá a su hijo de enfermarse gravemente si se contagia de COVID.
Permitirá que su hijo reanude la mayoría de actividades de manera segura, tales como ir a la escuela, practicar deportes u otras actividades después de la escuela, tener compañeros de juego o simplemente pasar tiempo con grupos de niños.