Psicólogos y profesionales de la Atención Primaria del Departamento de Salud de la Ribera se han reunido esta mañana, en una sesión formativa, con el objetivo de abordar las particularidades de la elaboración del proceso de duelo en pandemia.

Las restricciones que el coronavirus ha impuesto, en los últimos meses, en hospitales y funerales, ha influido en la intensidad del dolor y en el proceso de duelo de las personas que han perdido a un ser querido, independientemente del motivo del fallecimiento.

Según Mónica Portillo y María Luisa Vidal, psicólogas clínicas del Departamento de Salud de la Ribera, “al dolor que produce la pérdida de un ser querido, se le ha sumado el drama de no poder haberle hecho una adecuada despedida, lo que está influyendo en el proceso de duelo de familiares y amigos”.

Según las psicólogas clínicas, “el duelo no es una enfermedad ni una situación patológica en sí misma, sino un proceso natural de adaptación y de asimilación de la pérdida del ser querido, en el que es importante contar con la ayuda de personas de nuestro entorno, lo que, en la situación pandémica se ha hecho muy complicado y puede dificultar su superación”.

Síntomas

Así, junto a los síntomas más característicos del duelo, como el llanto, la tristeza, o la mayor dificultad para conciliar y mantener el sueño, la situación generada por la pandemia de coronavirus ha generado otros, como “la culpa por no haber tomado ciertas medidas preventivas o haber acudido antes al hospital; la preocupación y la duda por cómo habrá estado nuestro ser querido en sus últimos momentos en el centro hospitalario; la angustia por no haber hecho determinadas cosas, o la impotencia y la rabia generada por el propio virus y las limitaciones impuestas”.

Son síntomas que van disminuyendo con el paso del tiempo, “pero que si no se superan y llegan a limitar nuestro día a día, son indicativo de que la elaboración del duelo no está siendo saludable”, han afirmado las psicólogas del Departamento de Salud la Ribera.

Cómo superar el duelo

En este sentido, tal y como se ha puesto de manifiesto en la sesión celebrada esta mañana, es importante, también en estos casos, evitar el aislamiento social y buscar la compañía de personas allegadas, que permitan compartir recuerdos de la persona fallecida. “Hablar de lo que nos ha sucedido permite desahogarnos, pero también ayuda a nuestro cerebro a ir recolocando la historia vivida de una forma menos dolorosa”, han señalado las psicólogas.

Asimismo, se recomienda realizar una despedida simbólica de la persona que ha fallecido, “con el fin de crear en nuestro cerebro ese recuerdo y la conexión emocional correspondiente”. En este sentido, algunas posibilidades de despedida que señalan los expertos son “acudir a un lugar que sea representativo de quien ha fallecido y dejar algún pequeño símbolo conmemorativo; plantar un árbol; realizar una suelta de globos o un pequeño viaje que nos recuerde a nuestro ser querido”.

Asimismo, también es útil para superar el proceso de duelo expresar y explicar las emociones que van apareciendo para poder aceptarlas. Y permitir la ira y los sentimientos negativos, “para darles salida y no juzgarnos por ello, ya que forman parte de nuestro abanico emocional y son tan importantes como otras”.

En este sentido, llorar cuando se sientan ganas o escribir sobre lo que se siente, ayuda a desbloquear sentimientos y a evitar que aparezcan de forma repetitiva y prolongada.

Las psicólogas clínicas también recomiendan recuperar poco a poco la rutina diaria, “para sentirnos conectados a la vida a pesar de la pérdida”. Así, recurrir a “actividades gratificantes que puedan aliviar un poco los momentos de tristeza y ansiedad son también de gran ayuda”.

“El duelo estará elaborado cuando se pueda pensar en la persona fallecida sin un dolor intenso. No es bueno pretender olvidar al ser querido fallecido, ya que forma parte de nuestra vida de manera importante, pero sí que podemos recolocarla en un lugar de nuestra memoria en el que no duela tanto como tras el momento de fallecer”, han concluido las psicólogas clínicas.