Si eres padre o madre seguro que cuando escuchas la palabra fiebre te produce una gran ansiedad o angustia. ¡¡Mi hijo tiene fiebre!! Nos asusta porque creemos que nuestro hijo/a puede tener algo grave, o porque no sabemos cómo bajarla ni cuándo ir al médico.

Es importante que abordes  el problema con la mayor serenidad posible pues los niños/as suelen tener fiebre frecuentemente y la mayoría de las veces se debe a infecciones banales.

En este primer post de la sección “madres y padres en positivo”, trataremos de responder a todas tus dudas y preguntas para que aprendas cómo actuar en esta situación y ganes en tranquilidad.

La fiebre es un síntoma no una enfermedad

La fiebre es, sin lugar a dudas, el motivo de consulta más frecuente de los pediatras, por el que los padres tienen tendencia a llevar a sus hijos a urgencias.

La causa más común son las infecciones que, en la mayoría de casos, son cuadros virales benignos autolimitados, es decir un proceso que remite espontáneamente.

¿Qué se considera fiebre?

La elevación de la temperatura corporal por encima de los límites que se consideran como normales y que son 38 °C o superior cuando se toma la temperatura en el recto, y 37.5 °C en la axila, con independencia de la temperatura habitual de nuestro cuerpo.

No te fíes de tu mano: Si te parece que tu hijo está caliente, ponle el termómetro para confirmar si tiene fiebre.

¿Qué complicaciones suele dar la fiebre en tu hijo/a?

Las complicaciones, cuando se presentan, no son debidas a la fiebre, sino a la enfermedad que lo origina. En el caso de los lactantes pequeños, la fiebre prolongada podría favorecer la aparición de un cuadro de deshidratación, que se puede evitar ofreciéndolos líquidos de forma frecuente. La fiebre, por sí sola, no produce ningún daño neurológico.

¿Dónde tengo que tomar la temperatura a mi hijo/a?

En general, en los lactantes pequeños, el método más rápido y fiable es la temperatura rectal tomada con un termómetro digital del cual solo tenemos que introducir medio centímetro. A esta temperatura, tenemos que restarle medio grado. Por lo tanto, una temperatura de 38 °C rectal equivaldrá a 37.5 °C axilar.

En los niños más mayores utiliza el termómetro digital de axila.

¿Cuándo y cómo tengo que tratar la fiebre en mi hijo/a?

Cuando tu hijo o hija tiene la fiebre alta, lo primero que debes hacer es administrarles un antitérmico; el paracetamol, en cualquier edad, o el ibuprofeno, en mayores de 6 meses.

Debes administrarle la dosis recomendada en el prospecto del medicamento, según la edad, y su efecto comienza alrededor de 45-60 minutos de la toma. La misma dosis se puede repetir cada 4-6 horas.

El objetivo del tratamiento no es conseguir una temperatura baja, sino aliviar el malestar que acompaña a la fiebre.

Además, es importante combinar el uso de antitérmicos con una serie de medidas físicas:

  • Quitar ropa a los niños; no sobre abrigarlos
  • Ofrecerles agua con mucha frecuencia
  • Intentar mantener una temperatura ambiental neutra (22-24 °C)
  • Se pueden bañar en agua tibia, nunca helada

¿Cuándo tengo que llevar a mi hija/o a urgencias?

Casi siempre, la fiebre desaparece en 1-2 días. Si no es así, puedes  consultar o acudir a tu pediatra en Atención Primaria a partir de las 24 horas de evolución del proceso febril.

No obstante,  hay una serie de supuestos en lo que es aconsejable que lleves a tu hijo/a Urgencias son:

  • Si después de administrar antitérmico y el resto de medidas presenta mal estado general, dificultad respiratoria o se encuentra adormilado o irritable
  • Lactantes menores de 1 mes de edad.
  • Lactantes 1-3 meses: individualizar. Lactantes con fiebre de bajo grado, buen estado general, ausencia de antecedentes, signos o síntomas de riesgo y posibilidad de control evolutivo en 12-24 h pueden ser controlados por el pediatra de cabecera.
  • Lactantes y niños de otras edades cuando la temperatura supera los 40 °C de manera recurrente o presenta algún alguien síntoma de alarma (cuello rígido, intenso dolor de cabeza o presencia de lesiones en la piel de color rojo vino o morado que no desaparecen al estirar la piel)
  • Fiebre alta en niños con enfermedades crónicas graves (cardiopatías, malformaciones renales, inmunodeficiencias…)
  • Convulsión

¿Qué más tendrías que saber si tu hijo/a tiene fiebre?

  • Todos los niños tienen fiebre de vez en cuando y, en la mayoría de los casos, recuperan su actividad y comportamiento habituales en unos pocos días.
  • Es normal y esperable que estén más ansiosos y llorones de lo que es habitual y que pierdan el apetito.
  • Más que la cifra del termómetro, lo que tenemos que valorar es al niño en su conjunto: cómo se comporta y qué otros datos acompañan a la fiebre. Recuerda que el objetivo es que el niño se encuentre mejor, aunque no se alcance la temperatura normal

Y hasta aquí este primer post de la sección “Mujeres y Padres en positivo”. Hemos tratado de responder a todas las posibles dudas/preguntas. Esperamos tus comentarios y sugerencias.

Irene Ruiz Pediatra del Hospital Universitario de La Ribera