Ha llegado el frío y con él la bronquiolitis, un cuadro clínico caracterizado por la inflamación de los bronquiolos, las vías respiratorias finas, y causada por una infección vírica.

Se trata de una infección común entre los bebés y los niños pequeños con la que la que muchos padres han tenido que lidiar. El principal virus responsable es el virus respiratorio sincitial (VRS), que en nuestro país es propio de los meses fríos (noviembre-marzo).  Es más frecuente en los niños más pequeños (menores de 2 años) y especialmente en los menores de 6 meses.

La mayoría de las bronquiolitis son leves y cursan como un catarro o resfriado que se resuelve en pocos días y puede ser tratado en casa con una serie de indicaciones básicas. Muchos lactantes pueden tener también febrícula o fiebre, menos apetito, vómitos con mucosidad o dificultad para comer y, en algunos casos, se asocia a dificultad para respirar, accesos de tos congestiva y/o “pitos” en el pecho que precisan de tratamiento médico en forma de mascarillas o soporte respiratorio.

En España se detectan cada año alrededor de 100.000 casos de bronquiolitis en niños menores de dos años y durante los meses de invierno es la principal causa de hospitalización en este rango de edad. Entre un 15 y un 20% de los niños con bronquiolitis es hospitalizado. El cuadro puede ser grave en bebés menores de 6 semanas, en los que han nacido prematuros y en los niños con problemas respiratorios crónicos o del corazón, o con menos defensas contra las infecciones.

La bronquiolitis es la principal causa de hospitalización en niños menores de dos años durante los meses de invierno

La mayoría de las veces, la bronquiolitis en los niños está causada por el Virus Respiratorio Sincitial (VRS). Si eres padre o madre es importante que conozcas un poco qué es y cómo actúa este virus VRS.

¿Qué es y cómo se contagia el VRS?

El Virus Respiratorio Sincitial (VRS), es un virus respiratorio común que suele producir síntomas leves tipo resfriado en adultos y niños mayores sanos y la bronquiolitis en los bebés y niños pequeños.

El VRS es muy contagioso. Se transmite a partir de las personas infectadas a través de las gotitas expulsadas al toser o al estornudar y muy especialmente al contacto con las manos contaminadas de secreciones.

Otras personas pueden contagiarse al respirar estas gotitas, que contienen el virus, o al contactar con ellas a través de los ojos, la nariz o la boca. Este virus puede sobrevivir hasta 5 horas en superficies duras (como las mesas, las barandillas de las cunas o los pomos de las puertas) y varias horas en superficies blandas (como los pañuelos de papel o las prendas de vestir). Por lo tanto, se puede contraer con facilidad al tocar alguno de estos objetos contaminados si después se tocan los ojos, la nariz o la boca sin haberse lavado antes las manos.

También se puede transmitir por contacto directo, como por ejemplo, al besar la cara de un niño con el VRS. Cuando varios niños están juntos, la posibilidad de que se propague el virus es mayor. En especial los bebés y los niños pequeños que suelen limpiarse la nariz con las manos o frotarse los ojos y luego coger los juguetes o tocar a otros niños.

Los niños pequeños enferman mucho en los primeros años de su vida hasta que sus cuerpos producen inmunidad contra las infecciones. Las personas resfriadas no deberían contactar con estos niños.

Consejos para proteger a tu hijo de la bronquiolitis

A continuación, te detallo alguno de los consejos que puedes seguir para proteger a tu hijo, y a los demás miembros de la familia, del VRS y por lo tanto de evitar la bronquiolitis.

  • Lávate las manos frecuentemente con agua y jabón durante 20 segundos antes de tocar a tu bebé. Si o es posible, utiliza un desinfectante de manos que contenga al menos un 60% de alcohol. Asegúrate que los hermanos, cuidadores y las personas que le visitan hagan lo mismo.
  • Cúbrete la nariz y la boca cuando estornudes o tosas con un pañuelo desechable o con la parte de arriba de la manga. Tira después el pañuelo a la papelera y lávate las manos. Si no puedes evitar el contacto estrecho con su hijo utilice mascarillas faciales desechables que cubran la boca y la nariz.
  • Evita el contacto cercano con las personas resfriadas, con fiebre o con mocos. Evita besar o estrechar las manos. No comparta vasos, tazas o cubiertos con las personas que tengan síntomas similares a los del resfriado.
  • No te lleve las manos a la cara. Evita tocarte los ojos, la nariz y la boca si estás resfriado y no te ha lavado las manos antes.
  • Limpia y desinfecta las superficies y los objetos que las personas toquen con frecuencia y que puedan estar contaminadas, como los juguetes, los pomos de las puertas o las barandillas de las cunas.
  • Deja a tu bebé en casa cuando esté enfermo. Si es posible, no lo lleves a la guardería o a otros sitios públicos.
  • Limita las visitas. Nuca sabes si otras personas pueden transmitir el virus.
  • No expongas a tu hijo al humo del tabaco. Es un irritante respiratorio especialmente nocivo para los prematuros con DBP. Además de aumentar el riesgo de infecciones respiratorias, de bronquitis y alterar el crecimiento de los pulmones, aumenta el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. Nadie debe fumar en ningún lugar de la casa, cerca del bebé o en cualquier lugar en donde el bebé pase tiempo, como en el coche. Incluso sin fumar en el entorno del niño las partículas del tabaco adheridas a las paredes o a la ropa pueden perjudicarle.
  • Fomenta la alimentación con lactancia materna.
  • Retrasa todo lo posible el inicio de la asistencia a la guardería y limita el tiempo que pasa en las guarderías, ludotecas u otros centros potencialmente contagiosos. Si no puede evitarlo, elija un centro que sea pequeño donde estará menos expuesto a los virus. Se debe limitar el contacto con otros niños, sobre todo durante las estaciones del año de mayor circulación de este virus como son el otoño, el invierno y la primavera.
  • Si tienes otros hijos, sobre todo en edad escolar, es más probable que contagies tu resfriado a tu hijo prematuro en el que la infección puede ser mucho más grave. Por este motivo, si tu hijo está resfriado se recomienda limitar el contacto entre ellos. Si es posible, utiliza habitaciones separadas para el bebé y sus hermanos.

¿Qué síntomas produce el VRS?

Muchos de los primeros síntomas de la infección por el VRS son similares a los del resfriado común. Pueden presentar tos, mucosidad, fiebre y pérdida del apetito. Algunos de los lactantes menores de 2 años pueden empeorar a los 2-3 días y presentar bronquiolitis, cuyos signos pueden ser:

  1. Tener más dificultad para respirar de la habitual: respiración más rápida sin fiebre, sobreesfuerzo al respirar (saca mucho la tripa al respirar, la piel de entre las costillas se mete hacia dentro al respirar, emite sonidos respiratorios como si se quejara o se escuchan silbidos en el pecho).
  2. Tos persistente.
  3. Presenta cansancio o somnolencia extremos y crecientes debido al sobreesfuerzo respiratorio.
  4. La piel palidece o adquiere un color azulado, que puede empezar alrededor de los labios o del blanco de las uñas.
  5. Algunos niños muestran dificultades para comer, regurgitaciones excesivas y/o vómitos durante las tomas.

Si tu hijo presenta cualquiera de estos síntomas de bronquiolitis, acude al pediatra o a un centro de urgencias pediátricas.

Julia Alfonso.Pediatra del Hospital Universitario de La Ribera. Encargada de las Consultas Externas de Neumología Pediátrica