La Ribera optimiza el tratamiento de pacientes con Diabetes tipo 1 con la incorporación de sensores de medición continua de glucosa

Alzira (14.11.18). El Hospital Universitario de la Ribera ha incorporado recientemente sensores de medición continua de glucosa en la cartera de servicios de su Unidad de Diabetes, con el objetivo de optimizar el tratamiento de pacientes diabéticos tipo 1 insulinodependientes.

Se trata de dispositivos de uso diagnóstico ambulatorio que realizan mediciones continuadas de glucosa durante 7 días, con el fin de conocer mejor su comportamiento a lo largo de las 24 horas del día y así poder ajustar la pauta de insulina y corregir otros hábitos como la dieta y el horario de comidas o la actividad física del paciente.

Según ha destacado la jefa del Servicio de Endocrinología del Hospital de la Ribera, Carmen Fajardo, “este tipo de dispositivo nos ofrece a los profesionales mucha más información que la que se obtiene a partir de las 6 mediciones de glucosa diarias que se hace el paciente en casa, de manera que podemos ajustar mucho mejor el tratamiento con insulina, optimizándolo, y reforzar la información que ofrecemos al paciente con respecto a sus hábitos de vida saludable”.

“Además -ha continuado Fajardo-, permite conocer qué ocurre en momentos del día (fundamentalmente la noche) en los que el paciente no se realiza autocontrol glucémico”.

En este sentido, cabe destacar que este tipo de dispositivo, que se coloca y se retira en el propio Hospital, hace hasta 1.800 mediciones de glucosa a la semana (una cada 5 minutos), “lo que permite obtener gráficas de cómo se comporta la glucosa del paciente, ofreciéndonos información sobre patrones y tendencias, así como estadísticas por hora y por día”.

El dispositivo se compone de un sensor que tiene un filamento flexible que se inserta debajo de la piel del abdomen del paciente y un transmisor que envía la señal de las mediciones a un dispositivo receptor. Los datos obtenidos se trasladan, posteriormente, a un ordenador para compartirlos y analizarlos junto con el paciente en la consulta.

Está previsto que unos 50 pacientes de la Ribera se beneficien cada año de estos sensores. “Se trata de pacientes muy concretos en los que, a pesar de llevar un tratamiento con múltiples dosis de insulina, tienen un mal control metabólico, o pacientes con hipoglucemias (bajadas de azúcar) recurrentes o que no presentan síntomas y pasan desapercibidas para el propio paciente”, ha señalado la jefa del Servicio de Endocrinología.

Consecuencias de un mal control de la glucosa

Según ha señalado Carmina Fajardo, “un mal control de la glucosa en sangre en un paciente diabético puede producir complicaciones agudas y crónicas, así como recudir su calidad y esperanza de vida”.

Entre estas complicaciones destacan las subidas (hiperglucemia) y bajadas (hipoglucemia) de azúcar como complicaciones agudas, y la afectación ocular (retinopatía diabética) o del riñón (nefropatía diabética), el infarto de corazón, el infarto cerebral o amputaciones fruto de complicaciones crónicas.