Categorías

Entradas del blog

Cómo Ayudar a los Niños a Recuperarse tras la DANA (2ª parte)

Cómo Ayudar a los Niños a Recuperarse tras la DANA (2ª parte)

 

Unidad de Salud Mental de la Infancia y la Adolescencia (USMIA)


En la primera parte de este post, exploramos las posibles reacciones emocionales de los niños y adolescentes tras un desastre como la DANA, y cómo comunicarse con ellos para ayudarlos a comprender lo sucedido. Ahora, nos enfocaremos en los pasos concretos que los adultos pueden seguir para ofrecer apoyo emocional y fomentar su recuperación en los días posteriores.


Qué hacer para apoyar su bienestar emocional


1. Apoyo emocional.


- Cada caso es diferente, unos niños preferirán hablar, otros no; unos necesitarán más caricias y otros las rechazarán, pero todos necesitan saber que estamos a su lado incondicionalmente y en todo momento.
- Apoyo emocional, atención y afecto NO significan sobreprotección; la sobreprotección puede generar mayor inseguridad.
- Muestras de afecto mediante el contacto físico, transmitir seguridad y protección física.
- Pase tiempo con sus niños. Reafírmeles frecuentemente que están juntos y a salvo; dígales a menudo que les entiende y que pueden estar tristes o tener miedo.
- Hable con ellos sobre lo sucedido de una forma simple y honesta. No minimice, no exagere la situación.
- Manténgalos informados de cualquier problema que los pueda afectar directamente.
- No les hable a los niños sobre sus miedos respecto al futuro. Es importante para ellos que los adultos se muestren seguros o esperanzados de poder salir adelante.
- No descargue en los niños sus miedos. No los mantenga a su lado o duerma con ellos, por ser usted quien tiene miedo.
- Recordar alguna situación previa en la que pudo controlar sus miedos, transmitir confianza y capacidad.

 

2. Observar cómo expresan sus sentimientos


- Anímelos a que expresen cómo se sienten, sus miedos y preocupaciones, sus pensamientos. Si no quieren hablar, pregúnteles cómo piensan que otros niños se sienten. Tampoco forzarles a expresarlo.
- Dígales cómo se sintió durante el desastre. Encontrará que sus sentimientos son compartidos por ellos. Póngale nombre a las emociones.
- Acepte los sentimientos de sus niños. Si su hijo se siente con ganas de llorar, dígales que está bien que llore y exprese sus sentimientos. No juzgue o intente cambiar los sentimientos de sus hijos. Sea un buen oyente.
- Anímelos a que dibujen, coloreen, escriban o jueguen acerca del desastre. Esto le ayudará a los niños y usted entenderá cómo ven ellos lo sucedido.
- Explicar que hay muchas formas de estar triste y que a veces el mal humor o la irritabilidad es una de ellas.
- En el caso de preadolescentes y adolescentes, dejar cierto espacio para que puedan estar solos, no excesivo. También tener en cuenta el apoyo por su grupo de iguales.

 

3. Cuidado de las necesidades básicas y mantenimiento de rutinas en lo que sea posible.


- Asegurar la comodidad y el descanso.
- Proporcionar actividades relajantes y/o de distracción.
- De a sus hijos tareas productivas y apropiadas a su edad. Hágalos parte del esfuerzo familiar para responder a la adversidad.
- Reconozca y premie con palabras de aceptación cuando los niños se comportan responsablemente.
- Normalizar durante un tiempo (3 a 4 semanas) los cambios conductuales como posibles comportamientos regresivos o agresivos.
- No le haga a sus niños promesas que no pueda cumplir; no decir que si se calma todo irá mejor.
- Permitirles volver a la escuela y a las actividades habituales.
- Fomentar su vida social.

 

4. Atender al sentimiento de culpa


- A los adultos que estamos cerca del niño nos corresponde hacerle ver que no tiene ninguna culpa.
- Algunas veces se sienten culpables de haberse portado mal con la persona desaparecida o de no haber reaccionado bien en el acontecimiento que han vivido.
- Explicar que no es necesario estar triste todo el tiempo, pueden existir emociones positivas aunque haya habido una pérdida.
- Ofrecer motivos y razones que le ayuden a tranquilizarse.


5. Transmitir valores


- Hacerle ver que en estas situaciones conocemos y valoramos a los amigos de verdad y que, casi siempre, surge alguna persona inesperada que se convierte en un buen amigo.
- Valor de la solidaridad, de la ayuda comunitaria y social.
- Permitir que tu hijo participe en rituales de despedida, de duelo, culturales y/o religiosos.


Cuándo buscar ayuda profesional


Aunque la mayoría de las reacciones emocionales disminuyen entre 4 y 6 semanas, hay señales que indican la necesidad de consultar a un profesional:
•    El niño sigue mostrando un malestar emocional significativo o cambios de conducta persistentes.
•    Hay un impacto notable en su vida diaria, ya sea en el hogar, la escuela o sus relaciones sociales.


En el Departamento de Salud de La Ribera, contamos con equipos especializados en salud mental infantil y adolescente que pueden ofrecer orientación y apoyo en estos casos.


Un mensaje para las familias


Ayudar a los niños a recuperarse tras un evento traumático no requiere ser experto, solo estar presente y ofrecer un entorno seguro y amoroso. Con tiempo, paciencia y apoyo, ellos podrán superar el impacto emocional y salir fortalecidos. Juntos, podemos construir resiliencia ante cualquier desafío. 

REFERENCIAS:

• Casas, G. (2005). Guía Práctica de Salud Mental en Situaciones de Desastres. Atención Psicosocial a la Infancia y la Adolescencia. (Capítulo V, Pág. 97 a 125). www.paho.org/desastres
• Isabel Calonge Romano. Situaciones traumáticas en la infancia, cómo afrontarlas Primera Edición: julio de 2004 Edita: DEFENSOR DEL MENOR EN LA COMUNIDAD DE MADRID Con la colaboración del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
• Los niños y el trauma. Internet National Child Traumatic Stress Network en www. NCTSN.org
• Hablemos de Duelo. Manual práctico para abordar la muerte con niños y adolescentes. www.fundacionmlc.org
• Porcar I. Primeros Auxilios Psicológicos Evolutivos.