Todo sobre el rotavirus y la gastroenteritis infantil
Los meses de enero y febrero son los que presentan una mayor incidencia de infección por rotavirus, un virus muy contagioso que causa diarrea.
Antes de que se creara una vacuna, la mayoría de los niños sufría al menos una infección por rotavirus antes de cumplir los 5 años, por lo que, si tienes hijos pequeños, es posible que te haya tocado lidiar con él en más de una ocasión. En el siguiente post repasaremos los aspectos más importantes que debes tener en cuenta.
¿Qué síntomas produce la infección por rotavirus?
La infección por rotavirus produce un cuadro de gastroenteritis aguda, que es una inflamación del tracto digestivo que cursa con diarrea, es decir, con un aumento del número de deposiciones que además, son más blandas o líquidas, frecuentes y abundantes.
Generalmente, se acompaña de vómitos, fiebre y/o dolor abdominal. La infección por rotavirus, en general, se inicia en el plazo de los dos días posteriores a la exposición al virus.
¿Qué puedo hacer?
Si bien las infecciones por rotavirus no son agradables, por lo general, se pueden tratar en casa teniendo presentes 2 aspectos:
1. Evitar la deshidratación.
El pilar del tratamiento es asegurar un adecuado consumo de líquidos que mantenga una buena hidratación. Lo ideal es que el niño beba soluciones de rehidratación oral (existen diversos preparados comercializados en farmacias en forma de polvo para reconstituir en agua o ya preparados en envases de tetrabrik. No sirve cualquier bebida preparada en casa, zumos ni bebidas comerciales. De hecho, las bebidas azucaradas están desaconsejadas en niños con diarrea ya que pueden incrementarla.
Las soluciones de rehidratación oral deben administrarse con frecuencia, pero sin forzar. Si ha vomitado es mejor reiniciar la ingesta después de un periodo de 1 hora de descanso y ofrecer pequeñas cantidades cada vez hasta asegurar que tolera bien.
2. Plan de comidas.
No es necesario ningún tipo de ayuno. Si el niño tiene hambre y no vomita puede hacer una dieta prácticamente normal evitando alimentos muy azucarados y grasos. La dieta astringente no es imprescindible.
Los lactantes amamantados deben continuar tomando pecho y los que tomen biberón pueden seguir usando su fórmula habitual, aunque se recomienda que las tomas sean menos cuantiosas y más frecuentes.
¿Le doy algún medicamento?
En general, no suelen hacer falta medicinas pues tienden a curarse de manera espontánea en pocos días y sin complicaciones.
Los probióticos que contengan las cepas Lactobacillus Rhamnosus y Saccharomyces Boulardii si están recomendados.
¿Qué debo vigilar y cuando debo consultar con el médico?
En algunos casos, la deshidratación grave requiere la administración de líquidos a través de una vena (de forma intravenosa) en el hospital. Lo importante es vigilar la deshidratación. Habrá que acudir al médico:
- Si el niño vomita mucho y no tolera sólidos ni líquidos.
- Si el niño está decaído, adormilado, tiene mucha sed, llora sin lágrimas, orina poco o tiene los ojos hundidos.
- Si las deposiciones son muy líquidas, abundantes y frecuentes de tal manera que, el niño no es capaz de beber al mismo ritmo que pierde.
- Si los vómitos son verdosos, contienen sangre o parecen posos de café.
- Si presenta fiebre elevada (38,5ºC o superior) de forma mantenida.
¿Cómo puedo evitar la infección?
El rotavirus está presente en las heces de una persona infectada 2 días antes de que aparezcan los síntomas y hasta 10 días después de que desaparezcan. El virus se contagia fácilmente por el contacto de las manos con la boca durante este período, incluso si la persona infectada no tiene síntomas.
La buena higiene, como lavarse las manos regularmente, es importante. Lávate las manos cuidadosamente y con frecuencia, en especial después de ir al baño, cambiarle los pañales a tu bebé o ayudar a tu hijo a ir al baño.
Existe, además, posibilidad de vacunarse contra diversos serotipos de rotavirus. El Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría recomienda la vacunación universal frente al rotavirus de todos los lactantes pequeños. El objetivo fundamental de la vacunación contra el rotavirus en nuestro país es proteger a los lactantes y niños pequeños frente a las formas graves de gastroenteritis aguda, previniendo sufrimientos, hospitalizaciones y pérdidas de jornadas de trabajo en los padres.
¿Qué debo saber sobre la vacuna del rotavirus?
Hay dos vacunas comercializadas en España: Rotarix (2 dosis) y RotaTeq (3 dosis). Actualmente, sólo están financiadas por el sistema sanitario público español las vacunas en los niños prematuros menores de 32 semanas de gestión.
La vacunación debe iniciarse a partir de las 6 semanas de vida y antes de las 12 (a los 3 meses ya es tarde). Un buen momento es simultáneamente con las vacunas de los 2 meses (puede administrarse conjuntamente o con cualquier intervalo con el resto de las vacunas).
La vacunación debe iniciarse a partir de las 6 semanas de vida y antes de las 12 (a los 3 meses ya es tarde).
Las dosis deben espaciarse entre sí, al menos, 1 mes. Esta vacuna se administra exclusivamente por vía oral (bebida) y siempre en un centro sanitario. Es importante utilizar durante toda la serie de vacunación el mismo preparado, Rotarix o RotaTeq, pues no son intercambiables.
¿Qué efectos adversos están asociados a la vacunación?
Las vacunas actuales frente al rotavirus han demostrado ser vacunas seguras tras amplios estudios buscando posibles efectos secundarios graves.
Los efectos adversos más frecuentes son vómitos, diarrea y fiebre moderada, todos ellos leves. Se han comunicado casos aislados de broncoespasmo, urticaria y de invaginación intestinal tras la administración de esta vacuna. Esta última situación es más probable en la semana que sigue a la primera dosis y puede tener, como síntomas, dolor abdominal intenso intermitente, vómitos y heces con sangre. Este cuadro deberá ser valorado de forma urgente por un médico.
¿Cuáles son las contraindicaciones de esta vacuna?
Están contraindicadas, como otras vacunas, en caso de reacción alérgica grave (anafilaxia) tras una dosis previa o si es conocida la alergia grave a alguno de sus componentes.
Tampoco deben administrarse si existe el antecedente de invaginación intestinal o si se padece alguna malformación intestinal que predisponga a ella. Dado que es una vacuna viva, debe evitarse en algunas enfermedades inmunológicas como la inmunodeficiencia combinada grave o si en el domicilio conviven personas inmunodeprimidas (pacientes VIH, por ejemplo).
Irene Ruiz/ Irene Cardete
Pediatra del Hospital Universitario de La Ribera / Residente de Pediatría del Hospital Universitario de La Ribera (R4)