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El síndrome del cuidador quemado

El síndrome del cuidador quemado

El cuidado de una persona mayor y dependiente aunque es una experiencia positiva, emotiva y gratificante puede también provocar lo que se ha llamado el síndrome del cuidador quemado; con alteraciones físicas, emocionales y sociales para el cuidador por la carga que le supone para su vida personal.

Es muy probable que en algún momento de tu vida te tengas que enfrentar a esta situación por el cuidado de un ser querido o allegado o incluso puede que estés atravesando actualmente esta circunstancia. Por eso, te vendría bien conocer los síntomas del cuidador quemado, como prevenirlos y como superarlos.

Antes, unos datos esclarecedores. El 19,77 % de la población española es mayor de 65 años en estos momentos. El 9,84% es mayor de 75 años y el 6,09% es mayor de 80 años.

Como vemos con estas cifras,  la media de edad de los/as habitantes en España es cada vez mayor, de forma que se está produciendo un envejecimiento constante.

El envejecimiento implica pérdida de funciones y facultades, y conlleva la necesidad de ayuda en el domicilio o fuera de él.

En nuestro país, el cuidado principal en este tipo de personas suele recaer en un familiar de primer grado, normalmente hijos, quiénes deben aprender a compaginar su vida habitual con el cuidado del familiar mayor o dependiente.

El cuidador quemado según los expertos

Conozcamos que opinan los expertos sobre los síntomas del cuidador quemado para que sepas reconocerlos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2018) indica que “entre aquellas dificultades de salud a las que se enfrentan las personas que poseen un rol de cuidador, se incluyen síntomas depresivos comunes tales como aparición de tristeza, disminución de interés, alteraciones del sueño o del apetito, agotamiento, sentimientos de culpa o baja autoestima y déficit de concentración” (Hernández L, César Rl et al.2020).

Otros expertos, profundizan: “Estas personas padecen sentimientos de culpa, apartan la realización de actividades lúdicas, se aíslan socialmente para dedicarse a tiempo completo a la labor del cuidado; además, presentan tristeza y tensión ambiental, no son capaces de relajarse y pueden padecer sentimientos de soledad (Ballesteros E, Sánchez PD, Torres P, Palma M. 2021).

Queda claro que es importante por lo tanto cuidarse y prestarse atención a uno mismo cuando se está cuidando a otra persona para prevenir los síntomas antes comentados.

Algunos consejos

Te ofrecemos ahora algunos consejos que podrían serte de ayuda si estás está siendo el cuidador principal de una persona mayor y crees que eres un cuidador quemado:

  • Intenta mantener los hábitos básicos esenciales del día a día: comer bien y dormir las horas necesarias y con buena calidad.
  • Permítete hacer ejercicio frecuente aunque sea durante cortos periodos. Salir a caminar o ir a clases organizadas son formas de mantenerse ágil, activo y con buena circulación.
  • Ves a tu médico cuando lo necesites. No demores sus visitas médicas por tener que cuidar a su familiar. Tu salud también es importante.
  • Evita consumir excitantes. Si te sientes cansado, intenta descansar pero no lo compense con cafeína o teína, ya que puede aumentar la irritabilidad y el insomnio nocturno.
  • Practica actividades que te ayuden a estar relajado: respiraciones o relajación. En este blog puedes conocer mejor estas técnicas.
  • Intenta centrar sus pensamientos en el presente y en el futuro inmediato pero no en el futuro lejano ya que puede provocarle un poco de ansiedad.
  • El ocio es fundamental en la vida de todas las personas. Piensa en pequeñas actividades que puedas hacer a lo largo de la semana y oblígate a llevarlas a cabo.
  • Compagina el cuidado con el vivir experiencias distintas. Es signo de buen equilibrio.
  • Pide ayuda y déjate ayudar. El cuidado es una carrera de fondo y cuantos más apoyos tengas, más fácil será llegar a la meta final en buen estado tanto físico como emocional. Si en tu población hay un grupo de apoyo para cuidadores, intente acudir. Compartir la experiencia con personas que están en tu misma situación puede resultarle reconfortante y muy útil.

Esperamos que este post te haya resultado útil. Si tienes alguna duda o consulta sólo tienes que preguntarnos.

 

Mónica Portillo

Psicóloga Clínica del Departamento de Salud de La Ribera