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Como cuidar tu bienestar emocional en tiempos de COVID

Como cuidar tu bienestar emocional en tiempos de COVID

Llevamos ya más de 1 año soportando el COVID y sus consecuencias en la salud y en todos los aspectos de nuestra vida. Y aunque parece que empezamos a ver la luz con la vacunación masiva, siguen siendo tiempos de incertidumbre. Por eso ahora es más importante que nunca que cuides tu bienestar emocional. Te ayudará a sentirte mejor y a cuidar de tu entorno.

Pero, ¿qué es esto de bienestar emocional? Es un estado global en el que nos sentimos bien, tranquilos en general y con la sensación de equilibrio emocional. Este estado nos permite tener la seguridad de que podemos enfrentar el día a día de forma equilibrada y con capacidad para hacer frente a los momentos difíciles de la mejor forma posible.

No siempre es sencillo conseguir este estado tan deseado en el que te sientes con calma, sosegado, feliz y satisfecho con la vida que llevas.

Consecuencias de no cuidar tu bienestar emocional

El bienestar emocional influye en tu estado físico, vida social, laboral y familiar,  y es por ello que debes prestarle atención, atenderlo y potenciarlo.

No cuidar tu bienestar emocional puede tener consecuencias emocionales como ansiedad, estrés, irritabilidad, insomnio o desánimo entre otros. También te puede provocar alteraciones físicas como taquicardia, mareos, sensación de falta de aire o dolor de estómago.

No cuidar tu bienestar emocional puede tener consecuencias emocionales como ansiedad, estrés, irritabilidad, insomnio o desánimo entre otros.

Es importante detectar que conductas aumentan tu bienestar y cuáles la disminuyen para potenciar lo primero. Para ello, debes estar atento a ti mismo, pensar en cómo te sientes y en cómo quieres estar, qué te gusta hacer y te satisface, en cómo debes cuidarte.

Hay diferentes maneras de fomentar tu bienestar emocional y cada uno debe ir escogiendo las que considera más útiles para él.

Consejos para cuidar tu bienestar emocional

  • Intenta ser consciente de las emociones que  sientes. Conectar con ellas ayuda a tenerlas en cuenta en primer lugar y detectar lo que las provoca seguidamente. De esta manera tienes la posibilidad de realizar una buena gestión al respecto. Las emociones no detectadas y por tanto no atendidas, pueden producir síntomas no deseados.
  • Detrás de cada emoción hay una situación y un pensamiento respecto a ella. Analízalo y reevalúa su veracidad. Si consigues cambiarlo por un pensamiento un poco más neutro, disminuirá el mal estar emocional.
  • Aumenta las situaciones que te producen bienestar. Te ayudará a enfrentar mejor las que te producen sentimientos negativos.
  • En la medida que puedas, expresa lo que sientes, lo que deseas y lo que necesitas.
  • Acepta las limitaciones y céntrate en las potencialidades.
  • Confía en tus capacidades.  Siempre están.

Escoge uno o dos consejos e intenta ponerlo en práctica. Si te sirve, añade otro más y continúa.

En el  “día a día”, te recodamos algunas pautas básicas que ayudarán a mejorar tu bienestar emocional:

  • Crea tu propia rutina diaria con distintos tipos de actividades y busca equilibrio entre ellas. Combina las responsabilidades como el trabajo o el cuidado de la casa con ejercicio físico, autocuidado y tiempo para el ocio.
  • Mantén una alimentación sana y equilibrada.
  • Descansa y duerme lo suficiente.
  • Intenta mantener una actitud positiva y dedicar un tiempo cada día a relajarte, ya sea a través de la meditación o de actividades que te hagan sentir bien, como ver una serie o una película, leer o escuchar música.
  • Pide ayuda profesional si la necesitas. Si ves que no puedes procesar por ti mismo tus emociones o sentimientos, ponte en contacto con un profesional de la salud.

Dedicamos mucho tiempo mirando y cuidando lo externo, es el momento de mirar dentro de ti y cuidar tu bienestar emocional.

Esperamos tus comentarios. Comparte con nosotros aquellas actividades o actitudes que te producen bienestar emocional. Y recuerda que la salud emocional debe cuidarse al igual que se cuida la salud física.

 

Mónica Portillo

Psicóloga Clínica del Departamento de Salud de La Ribera