Hablemos de obesidad infantil: el primer paso hacia un cambio social
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Luz Iranzo Pérez
Luz Iranzo PérezMédica de promoción de la salud. Centro Salud Pública de Alzira
La obesidad infantil se ha multiplicado en las últimas décadas, convirtiéndose en un problema de salud pública que requiere nuestra atención y acción inmediata.
En este nuevo post de “Viure amb Salut” sobre la obesidad infantil, exploraremos las causas y consecuencias de la obesidad infantil y discutiremos cómo todos nosotros, como familia, comunidad y sociedad, podemos contribuir a revertir esta tendencia preocupante.
Tabla de contenidos
- ¿Qué factores se asocian a la obesidad infantil?
- Observatorio de la obesidad infantil OOASIS
- Pasar a la acción
¿Qué factores se asocian a la obesidad infantil?
Está claro que los cambios en estilos de vida, el mayor uso de alimentación precocinada, ricas en grasas saturadas y con baja aportación nutricional, y niños y niñas cada vez más sedentarios cara a pantallas (televisión, tablet, móvil, videojuegos, etc.).
Pero, ¿son solo éstas las únicas causas?
También influye el nivel adquisitivo, bajo nivel educativo de las familias, problemas emocionales/ gestión de emociones, horas de sueño, etc. También tendríamos que actuar sobre estos factores, denominados determinantes sociales de la salud.
El impacto a largo plazo es peor del que se esperaba. Los niños y niñas que tienen obesidad o sobrepeso en la infancia, podrían tener un riesgo entre un 30-40% mayor de accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca que los niños y niñas con peso normal.
A esta situación, se añaden posibles problemas psicológicos, baja autoestima, disminución de la sociabilidad, exclusión, bullying. También, problemas osteoarticulares y de movilidad, problemas endocrinos, (la diabetes tipo II aparece en edades más tempranas) y largo etcétera con el que no te quiero aburrir. Esto aumenta la insatisfacción vital y el gasto sanitario.
Todos estos factores se encuentran entrelazados. En un reciente estudio, se observó el comportamiento sedentario en niños, niñas y jóvenes y se encontraron evidencias que muestran que ver más de dos horas de televisión en el día se asociaba además de con un exceso de peso, con niveles de autoestima y sociabilidad más bajos. Por todo esto tenemos que tener una mirada multifactorial a la hora de abordar el problema.
No quiero asustarte, pero si que debemos“ponernos las pilas”.
Observatorio de la obesidad infantil OOASIS
Desde el Departamento de Salud de La Ribera, se ha impulsado el Observatorio de la Obesidad para la Acción en Salud Infantil, OOASIS, en el que se recogen datos de las revisiones realizadas en pediatría a los 6 y 12 años.
Los datos deberían mejorar significativamente, no podemos mirar hacia otro lado.
A los 6 años, los datos de obesidad comienzan a evidenciarse, y destacan claramente a los 12 años. En la mayoría de municipios, la obesidad está por encima del 40%, esto quiere decir que al menos 4 de cada 10 niños presentan obesidad. Al dividirlo por géneros a los 12 años, la obesidad se centras más en los niños.
En el boletín se adjunta información de actividades saludables que se realizan para niños y niñas de los municipios, relacionados con los factores asociados a la obesidad, principalmente, actividad física.
No podemos olvidar que los niños y niñas “copian» de los adultos; si queremos que tengan buenos hábitos tienen que verlos en casa. Está claro que no podemos dejar las familias fuera del abordaje de la obesidad infantil; esto tiene que ser un aprendizaje en familia.
Pero también tenemos que tener en cuenta las comunidades; en general nuestra sociedad es cada día más obesogénica, utilizamos patinetes en vez de andar o ir en bici, vamos en coche a todos los lugares, es más fácil y/o barato ir a un restaurante de comida rápida o comprar comida precocinada (un bote de tomate frito puede contener hasta 9 terrones de azucarillos, mucho más de lo aconsejado por la OMS de consumo diario que son 6 terrones para los adultos, 4 terrones para niños) que cocinarlo.
Tenemos que asumir la responsabilidad y no dejar a nuestros niños de lado, empezar a tomar decisiones más saludables para nosotros y para nuestra familia; y tener la visión que es necesario que las opciones saludables sean más visibles y estén a nuestro a nuestra disposición y se promocione desde todos los estamentos.
Hay que pasar a la acción. Ser más consciente de que comemos, aprender a leer el etiquetaje, y volver a consumir alimentos primarios (sin procesar), adquirir el ejercicio físico como una costumbre, más aun en los niños, ya que los hábitos que adquirimos desde pequeños son más fáciles de mantener, y no olvidar nuestra salud emocional.
Actividades diarias que podemos realizar en nuestro día a día:
- Ir al cole caminando, patines o bicicleta,
- Dejar aparcado el coche para movernos por dentro de nuestra ciudad o pueblo,
- Revisar las actividades deportivas que se realizan en el pueblo, apuntarse.
- Intentar que las horas de juego sean dinámicas y reducir el uso de las pantallas.
- Reducir el uso de bebidas carbonatadas, zumos (la fruta siempre mejor entera) para beber agua.
- En cuanto a la nutrición, comprar bien, dejar de comprar cocina precocinada, comprar alimentos primarios. En los últimos tiempos se ha puesto de moda el batch cooking (cocinar por lotes) y que viene a ser planificar nuestro menú semanal preparando todas las comidas en un único día para que después sea solo calentarlo y nos sea más fácil comer bien, ahorrar dinero y ahorrar tiempo.
- Aumentar el uso de productos integrales. El momento de la comida debe ser un momento en familia y relajado, estar conscientes y comer lento para que al cerebro pueda llegar la señal de saciedad.
Y de nuevo recordar que los niños “copian” lo que ven, seamos su ejemplo.
Espero que este post te haya resultado interesante. No es la primera vez que tratamos este tema en “Viure amb Salut”. Aquí puedes ver otros post sobre esta temática en nuestro blog.